El Escubal tira la toalla

hoysport

Abandonado por empresas e instituciones, el primer equipo no sale en Plata

 

La crisis económica azota con crueldad al deporte extremeño y va dejando a su paso un reguero de cadáveres. Se ensaña vehemente con la ciudad de Badajoz, donde no para de crecer la lista de clubes que desaparecen o que abandonan las categorías -algunas de ellas muy atractivas- a las que tanto costó llegar. El Escubal es el último en arrojar la toalla. Antes lo hizo el baloncesto femenino, el fútbol sala, o incluso la joya del la corona: el fútbol con el CD Badajoz, Cerro de Reyes,… Los golpes de la temida recesión así lo aconsejan para que no se repita lo sucedido en las dos últimas campañas, donde el buen hacer deportivo fue de la mano de una contabilidad con exceso de pasivo.
El viernes se hizo público el calendario de División de Honor Plata y el Escubal no aparecía. La decisión, de la que solo faltaba confirmación oficial, estaba tomada a principios de julio, según argumenta el presidente Juancho Pérez. «No hemos inscrito el club. Hemos peleado todo lo que hemos podido, pero no podemos seguir con este problema de liquidez. Intentaremos cerrar el año bien económicamente cuanto cobremos las ayudas que falta cobrar, pero no podemos pensar en una temporada más», explica el máximo dirigente al tiempo que asegura la permanencia de las categorías inferiores.
Y es que no se puede trabajar en un presupuesto para la venidera temporada cuando ni siquiera se ha cerrado económicamente el último curso. El Escubal acumula deudas de las dos últimas campañas, está sin patrocinador pese a las enésimas puertas llamadas, no sabe a ciencia cierta con qué ayudas contará porque tampoco ha cobrado las de este año y tiene un problema de liquidez que le tiene asfixiado. No es el mejor escenario para arriesgar un proyecto de la segunda liga más costosa del balonmano español. Por todo ello se ha llegado a este punto. Y no quiere que se repita la historia.
La cantera sigue
El club no desaparece. No compite en Plata y aún no se sabe si habrá un primer equipo, pero las categorías inferiores sobreviven, aunque sea sin la referencia de sus mayores. «No sabemos si será con seis o con cuatro equipos, pero la cantera seguirá. Las escuelas de balonmano y los convenios con los colegios también porque han funcionado muy bien. Sobre el primer equipo tendremos que valorar si es conveniente que compita en otra categoría, porque en Primera Nacional también hay gastos. Pero ahora debemos cerrar este año y no pensar en otra cosa. Nos falta por recibir al menos el 50% de las ayudas, y cuando lo hagamos saldaremos la deuda».
Juancho Pérez confiesa estar «desgastado» más que «cansado» por una precaria situación que arrancó con la pérdida del soporte de ‘Pines’, empresa dedicada a la construcción que ejercía de salvavidas. De contar con su pasada colaboración no se hubiera llegado a este punto. Las instituciones tampoco pueden hacer mucho más y Pérez no les guarda rencor. Solo lamenta que los presupuestos de las mismas no coincidan con las temporadas deportivas o que se hayan recortado ayudas ya presupuestadas cuando se hacen las plantillas.
El Escubal se marcha con la idea de volver en un futuro. «Es una pena que un proyecto tan bonito como este de balonmano en Badajoz no haya contado con más apoyo empresarial, institucional y social. Tal vez no supimos hacerlo mejor. De cara al futuro trabajaremos con la cantera, que es esa semilla que estamos dejando ahí y que está funcionando muy bien. Las circunstancias son las que son. Recibimos el palo de nuestro patrocinador Pines y hemos llamado a innumerables empresas, pero en más de una nos decían que estaban echando gente y que no podían pensar en patrocinar», subraya un Juancho Pérez que hasta intentó el regreso a las canchas para ayudar a la plantilla, que andaba corta de efectivos, y de p
Next Post

La misión imposible del Escubal

El cuadro pacense cayó en todas sus visitas en lo que va de temporada, la última en Puente Genil   El pasado sábado el Escubal partía hacia Sevilla con la intención de superar al Puente Genil y romper el maleficio de no haber ganado un solo partido en la carretera. […]