Atenas, Londres… y ahora Río

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La morala Beatriz Miranda vive sus segundas olimpiadas como fisioterapeuta del equipo español de gimnasia rítmica

 

Beatriz Miranda, natural de Navalmoral de la Mata, preparaba una oposiciones de fisioterapeuta cuando recibió una llamada del INEM para que acudiera a una entrevista de trabajo al Consejo Superior de Deportes para cubrir una baja durante seis meses. A pesar de ir con «pocas esperanzas porque se presentaba mucha gente» la contrataron, trabajando con deportes que entonces no tenían fisio, como piragüismo o golf.Cuando terminó el contrato pensó que se iba a la calle, muy a su pesar porque había estado muy cómoda. Pero a la semana contactaron con ella desde la Federación Española de Gimnasia para decirle que se había producido una baja y que si estaba interesada en el puesto. Naturalmente dijo que sí, iniciando un sueño que continua once años después. Es la fisioterapeuta del equipo nacional de gimnasia, con el que ha participado en dos Olimpiadas y en numerosos campeonatos europeos y mundiales.

La Federación, según detalla, lleva gimnasia rítmica y artística, trampolín y aeróbic. Beatriz trabaja para todos, ya sea prevención, rehabilitación o fortalecimiento, según el caso. «Es un mundo muy sacrificado y muy exigente, porque tienes que estar las 24 horas disponible. Pero cuando estás en un Mundial o en unos Juegos, que es lo máximo para un deportista, ves que merece la pena», afirma.

Su primer Mundial fue en Budapest; su primera presencia olímpica en Atenas, donde estaba «como en una nube». A la siguiente cita, la de China, no pudo ir por cuestión de plazas, ya que al no clasificarse las chicas de gimnasia artística solo fueron un médico y un fisio. «Lo seguí por televisión y lo pasé muy mal por no estar con ellas. Confían en tí, y muchas veces haces de psicólogo, de madre, de amiga… Haces de todo. Lo pasé mal porque te necesitan y no estás allí».

Tampoco tenía seguro lo de Londres, al quedarse fuera, de nuevo, el equipo de artística. «Llevamos una mala racha», le justifica. Por eso asumió que no iría. Hasta que un día recibió una llamada y le dijeron que iban a hacer un cambio y que sí iba. Ha sido «su mejor experiencia», y no solo por la vivencia en sí. Sobre todo por el rendimiento del equipo y el cuarto puesto final. «Ha sido muy emocionante, porque después del primer aparato y sacar buena nota vimos que había opciones de estar entre los primeros. Las chicas lo pelearon hasta el final y estuvimos a nada del bronce. Volvimos muy contentas, porque han sido 4 años muy duros, pero con mucha rabia por no conseguir medalla».

En lo personal destaca el ambiente de la villa olímpica y la posibilidad de cruzarte en cualquier momento con deportistas conocidos de todo el mundo. Aunque a ella lo que más ilusión le ha hecho es poder fotografiarse con su ídolo de toda la vida, Fernando Romay. «Estaba emocionada», confiesa.

Pero que nadie piense que por viajar continuamente con el equipo nacional le da tiempo a conocer las ciudades que visitan. Londres es un buen ejemplo. «En cualquier campeonato se ve algo más. Ha sido concentración, entrenamiento y a la villa. Salvo un día que aprovechamos dos horas después de entrenar. La gente me dice muchas veces que qué suerte, cuánto viajas y los países que tienes que conocer. Aeropuertos, hoteles y pabellones sí. Poco más. No vamos de turismo”.

De hecho el turismo lo está haciendo estos días, con la familia, entre Navalmoral y Losar de la Vera, «para darles todo lo que no puedo el resto del año. Porque cuando se juntan y dice que se van de fin de semana o de vacaciones, tienes que estar con el equipo. En los nacionales, a veces, vienen a verme y lo único que puedo hacer es saludar o estar con ellos cinco minutos».

Aun así le apasiona su trabajo, que le ha permitido vivir unas experiencias que nunca hubiera imaginado. Lo demuestra que se ha marcado como meta estar en los JJ. OO. de Río de Janeiro, que, por otra parte, ya han empezado a preparar con nuevos ejercicios «antes incluso de ir a Londres, porque se necesitan muchas horas de entrenamiento durante muchos meses».

En ese sentido destaca que el nivel de la gimnasia española es muy bueno, gracias, en su opinión, a la actual seleccionadora, la bielorrusa Anna Baranoba. «Ha costado muchísimo llegar donde estamos. Ahora hay que mantenerse y luchar por la medalla en Río».

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